SE ACABA EL TRIMESTRE

Madre mía!, tres entradas en un mismo día...estoy que me salgo.
Pero esta no tiene fotos, sólo letras...
Y esta entrada tiene una misión muy especial.
La gente dice que en Navidad todos nos volvemos un poco más sensibles. Y debe ser verdad.
Es cierto que tanto "mis chicos"(con permiso de los papis) y yo, estamos cansados. Necesitamos vacaciones, recargar pilas, descansar, disfrutar y volver con energías renovadas para el larguísimo trimestre que nos espera.
Pero por ese esfuerzo depositado, por la dicha de haber conocido a esos siete niños tan maravillosos y las vivencias tan maravillosas que me está ofreciendo el pueblo en general, quiero daros las gracias a todos.

Empezaré por la autoridad, por supuesto!! Gracias a Juan Arboniés, alcalde de Undués de Lerda, por haberme ofrecido esa casa tan acogedora. Por facilitarme tanto las cosas y por hacerme sentir una más del pueblo.

Gracias a Adriana, "la del bar" por prepararme bocadillos mis primeros días, con la nevera vacía y nada en los armarios. Y por sus charlicas con ella en la barra del bar, disfrutando de una cocacola en compañia.

Gracias a los abuelicos del pueblo y a los vecinos en general, que siempre que pasan por mi lado, tienen unas palabras amables, gestos de simpatía, invitaciones a tomar café, charradicas de camino a casa o en la rotonda...

Gracias a mis chicos, que me hacen sacar lo mejor de mí ,  a valorar mi trabajo, a querer seguir aprendiendo con y para ellos. Porque a pesar de la distancia que me separa de mi familia, estoy deseando que lleguen las 9.30 para estar con ellos, para enseñarles, reirnos, jugar, gastarles bromicas, regañarles de vez en cuando...jiji.

Gracias a los papás, que aunque se les ve menos que a las mamás, también están ahí, haciéndome sentir que no estoy sóla (cuando casi me abro la cabeza, verdad Mikel??)

Pero en especial, quiero agradecer a mis mamás...
¡Qué bien lo están haciendo! Desde el primer día sentí su calor, sus ganas de agradar, su incondicional apoyo.
Incansables "dadoras" de ánimos. Cuando me he sentido triste por extrañar mi hogar y lo que habita en él, cuando nevaba y yo, ignorante de mí, no tenía miedo y ellas me "obligaron" a hacer pirola el viernes por la tarde para poder marcharme a mi casa segura.

Y gracias a las nuevas amistades que estoy forjando... Es un motivo fundamental para que me vaya menos triste el domingo por la tarde de Zaragoza.

En fin, sí, debe ser verdad eso de que la gente en Navidad se vuelve más sensiblona.
Así que voy a dejar que mis dedos descansen y os deseo a todos una muy FELIZ NAVIDAD!!!!
Sed felices.