viernes, 1 de julio de 2011

ADIÓS y GRACIAS

Ya se termina.
Unos días más para terminar todo lo que tenía pendiente en el colegio y me habré ido.
Un curso completo se escapa, se marcha, se termina.
Un curso completo lleno de vivencias extremas. 
Un curso completo más completo que la vida misma.
He aprendido a ser maestra, he aprendido a ser mejor persona, y he aprendido el verdadero sentido de la docencia.
El último día de curso fue difícil. Fue duro. 
No paraba de mirar a los que habían sido mis chicos durante un curso entero, y que serán de otro profesor el año que viene. No paraba de mirar esas caritas que me miraban, a veces con tristeza, a veces con alegría, a veces con extrañeza.
Cuando llegó la 1, llego el momento de las despedidas. Y mis niños estuvieron a la altura. Faltaban dos de mis niños, esa es la verdad. Pero no dejaba de ser un momento bien complicado.
Lloramos, nos abrazamos y nos dijimos cuánto nos queríamos y recordamos todas las cosas que habíamos hecho juntos ese año... Y seguimos llorando..
El gran problema que yo le encuentro a ésto, en realidad es que, debido a mi profesión, la despedida es algo que sucede todos los "junios", cuando los maestros decimos adiós a nuestros alumnos. A un año de trabajo, dedicación, sudores y entrega.
Y sé que todos los junios me pasará lo mismo, porque yo, como la mayoría de los maestros, nos entregamos al máximo, y luego, decir adiós nos cuesta un mundo.
Pero sólo aquellos que han trabajado en escuelas rurales o unitarias, saben a qué me refiero. 
No hay más maestros (exceptuando las especialistas, que no me quiero olvidar de ellas).
Eres tú el máximo responsable de la clase, de los niños, del colegio. 
Tú, quién ves a los niños pasar momentos difíciles, duros, otros alegres...
Tú, la que te vas de excursión, y no paras de contar hasta 7 para tenerlos controlados todo el tiempo... y cuando sólo te salen 6... empiezas a girar la cabeza como la niña del exorcista hasta encontrar al séptimo en discordia.
Y sales a dar una vuelta por el pueblo, y están ahí, sonriéndote, saludándote.
Y te tocan al timbre, y te dicen que se han dejado los deberes en el cole.
Y vas a comprar al pueblo de al lado, y allí que están de nuevo.
Y claro... cómo no va a costar decir adiós??
Luego está el tema de los padres: "No te involucres demasiado, Laura, que luego lo pasarás mál", me decía a mí misma en Septiembre cuando llegué. Y esa firme declaración de intenciones, me duró lo que dura un suspiro, porque ya estábamos en Halloween, y los padres y yo, éramos uno.
¡Pues claro que cuesta decir adiós!
Sólo con estar escribiendo esto, y ya veo borrosas las letras.

Sí, cuesta decir adiós.

He echado mucho de menos a mi familia, he llorado como la zarzamora... y eso lo saben principalmente los papis, que me han visto flojear en varias ocasiones.
Y sé que volver de nuevo al lado de los míos es algo que necesito. Volver a retomar mi vida, pero ... uffff, cuesta... Cuesta mucho.
Llevo varias semanas vaciando el colegio con mis materiales, la casa con mis pertenencias. Ya no me queda casi nada. Esta semana estará todo completamente vacío.
Y en Undués de Lerda, quedará el recuerdo de una profe, algo grillada, algo locatis, que quiso (o por lo menos lo intentó) hacer de su trabajo, un modo de vida. 
Enseñar a sus alumnos, a querer aprender, más que enseñarles a aprender. 
Enseñar a sus alumnos lo divertido y lo interesante que es aprender cosas nuevas, y más, si son ellos los que realizan tales descubrimientos.

Es duro esto. Es duro.
Decir adiós siempre es duro.
Así que diré hasta pronto Undués.
Hasta pronto a mis niños, a los padres (muchos de ellos ya AMIGOS), a los vecinos, al alcalde y todos.
Hasta pronto Sangüesa, los cafés en el Leire, las cenas con las compis de Sos...
Adiós a todos... Mejor dicho, hasta pronto.

Pasarán muchos años. Estaré en muchos más colegios, y todos ellos me aportarán cosas maravillosas... Y no quiero ser atrevida, pero sé que Undués, siempre será Undués. Y eso no lo podrán igualar los mejores colegios del mundo.
Y cómo dice Sabina "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver...". Pues no lo sé señor Sabina... no lo sé. 
Aquí dejo unos puntos suspensivos y una interrogación... La vida da muchas vueltas y muchas sorpresas... Quién sabe lo que me depara el futuro.
GRACIAS y HASTA PRONTO.

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