viernes, 22 de abril de 2011

Se van acercando las oposiciones...



La primera vez que decidí presentarme a unas oposiciones fue hace dos años. Ni idea tenía de lo que suponía. Jamás había vivido en primera persona lo que era aquél infierno del que tanto me habían hablado compañeras de facultad y de trabajo.
Yo siempre había vivido entre sustituciones y trabajos sin contrato en colegios concertados. Mientras que a la vez, cubría la falta de salario con horas en Carrefour (ya sabéis, Carrefour in my veins).
Pero siempre tuve la esperanza de poder quedarme en el colegio que me vio crecer y formarme. Pero no... querían chicos, maestros... para poder equilibrar el profesorado...
Demasiados años de supremacía femenina...
Así que me fui de allí, con el rabo entre las piernas, una lagrimilla tímida asomándose por el rabillo del ojo, y una hermosa barriga de 7 meses de embarazo.

Hace dos años, una amiga a la que yo llamo mi ángel, Rebeca Feijóo, pasó por Carrefour, donde yo estaba trabajando y me animó a presentarme. No estaba nada interesada, puesto que las oposiciones son duras, y yo, por aquel entonces, no estaba muy motivada. Además, con marido e hijo... no me atrevía a que me mandaran a un destino inhóspito y lejísimos.
Hablé con ella, me animó, me alentó, me dio ese coraje que había perdido no sé bien ni donde ni cuándo. 
Recuerdo también a su padre, el señor Jaime, cómo me decía: "Laura, si te presentas, la vida te va a dar un giro de 180º. No te lo pienses".
Y así fue Jaime, así fue. 
Tres meses más tarde de mis primeras oposiciones ya estaba trabajando en el que sería mi primer trabajo como interina para el gobierno de Aragón.
Pero retrocedamos tres meses atrás...
Evidentemente, yo no me había preparado, ni ganas que tenía. Me compré unos temas, me estudié bien uno (por si acaso caía) y allí que fui. Todo el mundo con cara de nervios, jugándose la vida y el trabajo, y yo, más tranquila que una perdiz. Jejeje, no hacía más que observarlos a todos. Se les veía tan inseguros, tan nerviosos, tan opositores...
Yo, sin embargo, estaba tranquila, relajada... Si caía el tema 16 fenomenal... que no... pues también, jejeje. No perdía nada. Sólo podía ganar algo más de lo que ya tenía.
Y evidentemente, no cayó el tema 16. Cayó el 8, el 24 y otro más...
Miré los títulos durante un par de minutos, y decidí en cuál podría lucirme más. El tema 24 resultaba interesante (NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EDUCACIÓN), ahí podía inventar cosas. 
Tres folios por delante y por detrás... Eso sí, sin lógica ni concierto. Pura inventiva. Ahora bien, sin dudar, sin miedos, sin sudoraciones inoportunas y sin tener la presión de hacerlo mejor que el de al lado.
Y cerré el sobre, y me fui, contenta de poder haberme inventado un tema en menos de dos horas.
Oye, qué desahogo... me sentía tan tranquila, tan bien... 
Claro, que así me fue... me quedé de las últimas en la lista de notas. Pero aún así, conseguí un trabajo en un colegio que siempre siempre siempre llevaré conmigo. La gente que lo formaba ese año fue mi regalo por haber sido tan valiente en esas oposiciones. Por haberme lanzado al mundo de la educación pública.


Pero ahora las cosas son bien diferentes. Ahora sí me juego mucho, me juego muchísimo... Vamos, que me lo estoy jugando todo. 
Tanto tiempo estudiando, con mi preparadora preparándome (valga la redundancia) y dándome ánimos (también se llama Rebeca, será el nombre??), y yo, que meto más horas que un reloj, y no se me queda nada... Serán los años? Será la presión? Qué será, será?
Voy a darlo todo. Y voy a ir a por todas.
Pero hay una cosa que me inquieta... Este año, habrá alguna persona mirándome, con una media sonrisa picarona, mientras yo sudoro en exceso, repaso temas, repaso guiones, bebo agua sin parar, me abanico (seguro que en esas fechas hace calor), llamo a mi familia y amigos para que me den ánimos... 
Y seguro que piensa: "mírala... tan nerviosa, con las tilas, los valium, las valerianas... y yo, tan tranquila... que sale el 16 bien, que no, también".
Y lo que no sabe, es que la rueda seguirá girando, y  dos años después, ella será la nerviosa, y otra persona la mirará con cara de serenidad, pensando lo mismo que ella y yo pensamos en nuestras primeras oposiciones.







5 comentarios:

  1. Qué bonito, Laura... a mí también me suena eso de que en el cole sólo querían chicos. En fin, qué te voy a decir, que los que más perdieron fueron ellos.

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  2. Pues sí, ellos (más bien ellas) se lo pierden!
    Pero visto, lo visto, prefiero trabajar en lo público, sin tensión, con libertad de cátedra y pudiendo ejercer mi vocación sin censuras y sin agobios!

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  3. Lauri! me has dejado con la boca abierta, me he emocionado, de verdad. No sabes lo que esto significa para mi, me alegro mucho de haberte dado ese pequeño empujón para que te animaras a entrar en este pequeño y gran mundo a la vez que es SER MAESTRA, porque nosotras lo somos, sentimos esta profesión en el corazón y eso se nota. Yo también tengo muy claro que no te has equivocado de profesión, lo estás demostrando a diario. Sólo decirte que te aprecio mucho y que sabía, se y sabré que tu destino es este. Ahora queda un último esfuerzo, tu puedes hacerlo, se que cuesta y que en muchos momentos tiraríamos la toalla, pero esto dura sólo un segundo, al instante estamos ahí de nuevo, volviendo a releer el mismo párrafo una y otra vez...
    Piensa que esto es una carrera de resistencia, y que la constancia es una muy buena virtud!! el que se rinde... uno menos! Tu eres una persona luchadora, a mi y a toda mi familia, nos lo has demostrado con creces. No todo el mundo hubiera dado el paso que tu diste y que tuvo su recompensa. Y el esfuerzo de este curso... sólo tu lo sabes.
    Mucho ánimo y si necesitas algo ya sabes, cuenta conmigo. Estoy segura de que todo saldrá bien. Muchos besicos a mi MAESTRILLA preferida. Rebeca

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  4. ¿Lo véis bloggeros? Cómo no la voy a querer!!!??? Si es que es un solete... Otra vez, de nuevo, again, me emociona!!! Ay mi Rebe... GRACIAS... No me cansaré nunca de darte las gracias.
    Sé que estás ahí, siempre has estado dándome ánimos. Tú bien sabes que si no hubiera sido por tí, seguiría trabajando en Carrefour. Y no es que estuviera mal, que no quiero que nadie se enfade, pero es que ahora sí SOY FELIZ.
    Besitos para tí, para el Señor Jaime, para la señora Luci, y para mi nena Mónica!
    Muackasssssssssssss

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  5. Gracias a ti por ser tan valiente!!!! Besos

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